miércoles, 7 de septiembre de 2016

La reconciliación con uno mismo

En estos momentos se habla mucho en Colombia sobre el tema de la paz y de la reconciliación.


Pero lo primero que debemos procurar es nuestra paz interior para poder reconciliarnos con nosotros mismos.

Mientras el ego sea el piloto que conduzca nuestra vida siempre estaremos sintiendo en nuestro interior que algo no va bien con nosotros mismos, angustiandonos con lo que ya pasó y preucupandonos por lo que no ha pasado.

Cuando permitamos que nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, palabras y acciones esten gobernados por la conciencia y no por el ego, aflorará en lo profundo de nuestro corazón un espíritu de solidaridad, del querer compartir mas que estar en un permanente competir para superar al projimo y de esta forma buscar reconocimientos , y al vivir  en un ahora, sin hecharnos culpas ni hecharselas a los demás por los errores del pasado, y al estar disfrutando el presente con alegría y entusiasmo estaremos forjandonos un futuro promisorio.

Al dejar que pensamientos agresivos de odio y resentimiento lleguen a nuestra mente obviamente nos enfermamos por la fisico química generada por los neurotransmisores negativos que se iirigan por los miles de millones de celulas en el cuerpo, y por un proceso de somatización de esos pensamientos convertidos en emociones y sentimientos destructivos  resultamos con una ulcera gastrica y en el peor de los casos con un cancer. 

En una conferencia que asistí con Jaime Jaramillo, el ingeniero de petroleos que dirige la Fundación Niño de los Andes, donde rehabilita niños que saca de las alcantarillas de Bogotá, le escuché una frase que quedó grabada en mi disco duro cerebral: "El mayor enemigo del hombre son sus propios pensamientos"

En mis meditaciones a veces pienso que el demonio debe ser la sumatoria de todos esos pensamientos estimulados por el ego que nos llevan al individualismo, a la envidia, al querernos enriquecer aunque atropellemos a los demás, al estar deseando a todo momento que nos valoren ignorando los esfuerzos de las otras personas,  etc.

Para quienes creemos y amamos a Cristo Jesús, vemos a Jesús como la Misericordia de Dios.

Misericordia quiere decir por su etimología "sentir de corazón la necesidad del projimo para ayudarlo"

Cuando seamos misericordiosos y compasivos con los demás nos llenaremos de entusiasmo y nos reconcilaremos con nosotros mismos. Y solo al vivir en una paz interior algo en nosotros  que algunos llaman alma, agape, espíritu, Amor sublime, o Dios, nos llevará a una transcendente conclusión: ES IMPOSIBLE QUE YO SEA FELIZ, SI NO CONTRIBUYO A LA FELICIDAD DE LOS DEMAS


Al reconciliarnos con nosotros mismos, podremos construir entre todos un pais donde a traves del perdón reine la armonia.




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